martes, 21 de septiembre de 2010

Pisando Fuerte


Si de algo puede presumir España es de la facilidad que ha tenido en los últimos años para producir porteros incontestablemente competitivos. Cuenta como lider y capitán con el mejor portero del mundo, Iker Casillas, escudado por el guardameta del Liverpool, Pepe Reina, y por el ya consagrado cancerbero del todopoderoso Barcelona, Victor Valdés. Sin embago, otros como Diego López, Gorka Iraizoz, Andrés Palop o César Sánchez podrían también ser internacionales con cualquier otros país del mundo. La seguridad es un factor con el que contamos y que brilla, indudablemente, bajo nuestros palos.

Pero poco a poco, uno comienza a brillar con luz propia llegando desde abajo, desde muy abajo. El Atlético de Madrid ha sufrido los últimos años tratando de encontrar un seguro de garantías para la portería rojiblanca. Muchos han sido los fichajes realizados para cumplir esta función pero quién iba a decir que la solución a este problema llegaría desde adentro.
 
David De Gea se ha convertido en el amo y señor de la portería atlética. Sus reflejos y su seguridad le hicieron alzarse con la titularidad en detrimento de Sergio Asenjo, fichado el verano anterior del Valladolid por 5 millones de euros más la cesión de Diego Costa. Unos problemas físicos y las inseguridades que producía en sus actuaciones la posibilidad de la titularidad a De Gea que, sin lugar a dudas, no decepcionó. Sus actuaciones en la Europa League fueron vitales para que el Atlético se alzara con el título, así como la consecución de la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán, el flamante campeón de la Champions League. Tal fue su progresión que, hasta última hora, Vicente del Bosque tuvo en consideración llevarle al Mundial de Sudáfrica al que, finalmente, acudió Valdés.

El domingo ante el Barcelona paró lo imparable: disparos a la escuadra de Pedro y Xavi, cabezazos y potentes remates de Villa, además de un mano a mano ante el propio Guaje y otro ante Leo Messi. Fue, sin discusión, el mejor jugador del partido a pesar de la derrota de su equipo. Actuaciones como la del Calderón demuestran que el joven guardameta de 19 años ya sea todo un hombre. Y es que en España tenemos portero para rato.

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