viernes, 1 de octubre de 2010

El jugador de las dos caras

Leo Messi no se cansa de coleccionar títulos, no solo a nivel colectivo, sino tambien a nivel individual. Este jueves ha recibido otro trofeo para añadir a su más que sonado palmarés, la Bota de Oro que le acredita como el máximo goleador de todas las ligas europeas en la temporada 2009/2010. El argentino consiguió el curso pasado 34 dianas importantísimas que, además de ayudar al Barcelona a lograr la consecución de La Liga, le hicieron consagrarse como el jugador más joven en conseguir el centenar de goles con la elástica blaugrana. 

La Pulga, sin embargo, no se ha olvidado de sus compañeros de los que afirmó "que el mérito es de ellos, que le ayudaron a conseguir marcar los 34 goles". También destacó a su entrenador, Pep Guardiola, del que dijo que "fue el primero que le habló de acercarse más al área". En La Masía deben sentirse muy orgullosos, pues se trata del primer futbolista formado en España que consigue este título.
Sin embargo, en el acto de entrega del trofeo, el astro argentino no se ha olvidado de su particular cuenta pendiente con su país natal y declaró que "quiere algo con Argentina". Y es que hablar de Messi en Barcelona solo puede resumirse en gloria y éxito. Pero la verdad es que en su tierra no pueden decir lo mismo. Los éxitos y gloria que le han llevado a ser el mejor futbolista del mundo han pasado completamente de la selección albiceleste. Messi con el Barcelona y Messi con Argentina, para muchos siempre se ha tratado de dos futbolistas distintos.

En Barcelona, el argentino ha conseguido ganarlo todo acompañado de la mejor generación de futbolistas de la historia de España: Los Xavi, Puyol, Piqué, Iniesta, Busquets o Valdés, sin olvidarnos a otros como Alves, Toure o Abidal, han acompañado al argentino formando una de las mejores escuadras de la historia del fútbol internacional. Sin embargo, ¿por qué no es posible conseguirlo con Argentina? La selección albiceleste también cuenta con una gran generación de futbolistas: Agüero, Higüaín, Tévez, Mascherano o Di María unidos a la vieja guardia formada por Heinze, Demichelis, Verón o el incansable Javier Zanetti, no han logrado, junto a La Pulga, sacar esa versión de Argentina que la convierta en la selección imparable de antaño.

Cambios contínuos de seleccionador, diversos experimentos en los esquemas tácticos y un sinfín de pruebas con demasiados futbolistas como para lograr un acoplamiento perfecto de sus piezas. Todo esto ha hecho que Argentina haya caído en sus últimas grandes citas muchísimo antes de lo esperado y, obviamente, por allí no estaba Messi, el Messi del Barcelona, ese jugador capaz de resolver partidos por sí mismo y de poner estadios a sus pies. En Argentina todavía lo están buscando, ¿cuándo llegará?

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